martes, 2 de agosto de 2011

¿Y esto? Es lo que pienso de los medios de comunicación…

Hace unos días leía con irritación una nota acerca de cómo un diputado del Partido Verde Ecologista de México, se quejaba y catalogaba como impúdicas escenas y lenguaje utilizado en series como Soy tu Fan, XY o Bienes Raíces. Inmediatamente recordé la columna de Álvaro Cueva publicada en Milenio el 14 de noviembre del año pasado, en la que básicamente decía; como televidentes debemos estar atentos a los posibles futuros movimientos de la competencia, que además de sentirse abrumados por el éxito, la calidad y la capacidad de renovar sus programaciones estos canales (once y 22) ha podido lograr con una fracción de recursos lo que empresas como Televisa y TV Azteca definitivamente no. 
Lo que nos llevaría a la siguiente reflexión, se trata de falta de voluntad más que de capacidad, si consideramos que los medios “masivos” de comunicación han experimentado en la última década un cambio realmente significativo, desde su estructura y hasta su carácter, es decir, que como parte del proceso de globalización procedente del el último cuarto del siglo XX han tenido que recurrir a la diversificación de sus propios medios de difusión (como el Internet) y a partir de esto buscar una serie de plusvalías que les garanticen el consumo rápido, efectivo, pero sobretodo colectivo.
Si hacemos un alto para revisar el caso de los medios de comunicación mexicanos, nos encontramos con que evidentemente su campo de acción se ha limitado a lo que aparentemente deseamos ver los mexicanos bajo un esquema de “programación familiar”, tal es el caso de las telenovelas, noticieros, programas de variedades o matutinos así como los de comedia que a toda costa pretenden emular la vida cotidiana. Sin embargo es triste ver como los canales privados de televisión abierta se han empeñado en encasillarnos en una sola pero amplia categoría: “amas de casa católicas con esposos e hijos aficionados al futbol”. De tal manera que los canales públicos como el canal once o canal 22 (en muchas regiones el país de transmisión restringida) se tienen que conformar con el público diverso no afecto a los cánones nacionales.     

Nombres tan ilustres como… bueno, ya sabemos cómo cuales, llenan los espacios comunicativos, dicho sea de paso, la mayoría de estos con una carencia importante de contenido relevante. De pronto vemos a los periodistas más populares de nuestro país “informando” de los hechos noticiosos de nuestro país y el mundo, y aquí es en donde nos vemos obligados a reflexionar nuevamente, ¿cuán creíble es la información?, recordemos que durante años los medios de comunicación, especialmente Televisa, han tenido que luchar con el estigma de ser los “medios oficiales”, en donde tienen derecho de pantalla los elegidos y en donde se informa lo que se debe informar, razón por la cual como televidentes deberíamos obligarnos a informarnos por nuestra cuenta a través de diversos medios, debiésemos entrenarnos en la difícil disciplina de leer entre líneas y a discernir entre la información oficial y la información real. No propongo que dediquemos horas a esta labor, me parece que estamos en la obligación de convertirnos en consumidores responsables.       
Ahora bien, regresemos al plano general de los medios masivos de comunicación, y reparare en la influencia más cercana y más grande que tenemos, la televisión norteamericana, en clase he comentado reiteradas veces a mis alumnos que me parece notable la forman en que los géneros televisivos se han respetado, a lo que me refiero es a lo siguiente, cada una de las características que dan nombre y forma a los formatos son inamovibles, la soap opera es soap opera, los realities son realities, los late night son late night, etc. es etc., … cada uno de ellos tiene funciones especiales para públicos específicos, con características especificas. Uno de los casos que más ha llamado mi atención es el del boom Italoamericano con sendos ejemplos Jerseylicious o Jersey Shore, que de una manera u otra nos alejan del modelo que conocimos por medio de las películas de mafiosos como el Padrino, y ahora tenemos como máximos  representantes  de esta cultura a mujeres sumamente maquilladas, arregladas, escandalosas y (no quiero usar la palabra “libertinas”, pero la usaré) mujeres libertinas, o jóvenes varones con físicos llamativos, promiscuos, bebedores (por no decir borrachos) con hábitos sumamente definidos, pero que tienen como centro a la familia. Y así podemos seguir, mencionando ejemplos de programas que tienen como finalidad crear personajes públicos, influyentes e insignes.

Los medios de comunicación son en definitiva el recurso más importante para ejercer el poder, pero no olvidemos que el poder realmente está en las manos de quienes poseemos un televisor, una radio, un periódico, computadora, revista o lo que sea que pretenda entretenernos e informarnos.     

miércoles, 27 de julio de 2011

Así lo escribí hace unas semanas…


José Emilio, irás y no volverás.
Manifiesto.[1]
Todos somos poetas de transición:
la poesía jamás se queda inmóvil.

Antes de comenzar esta exposición de ideas, la verdad debo confesar que mi valoración acerca del autor puede parecer parcializada, pues mi relación con él data de más de catorce años, y como ya he apuntado en algunas otras ocasiones una de mis aspiraciones es poder convertirme en una digna investigadora, pero sobretodo una muy digna lectora de mi adorado José Emilio, y es que cuando pienso en lo que es para mí la poesía y la literatura me parece que es algo que nos pasa, que más allá de lo representa en el ámbito académico, es algo que llega a nosotros. Claro está, usted, mi estimado lector puede pensar lo contrario, sin embargo permítame le explico lo siguiente, hay libros que leemos, esa clase de libro que están llenos de reconocimientos, de elogios, que ha sido escritos por grande autores de los que todos opinan maravillas, pero a pesar de todo eso, pues no, no pasa nada. Por el contrario existe lo que me ha dado por llamar “libros chiquitos”, los que no han sido aclamados, los que si bien son conocidos no llenan las librerías, pero que definitivamente son capaces de mostrarnos posibilidades que no vemos a simple vista. Ahora bien, para ser más claros me gustaría que juntos reflexionemos de manera un tanto sucinta acerca del papel de los autores, al igual que los libros los hay ostentosos, famosos, fotografiados y si, muy aclamados, aquellos que se convierten en un personaje y hasta en una marca, casi como si se tratase de Pop stars. Aunque también están aquellos que viven como lo dicta la arraigada idea del escritor que incapaz de prostituir su arte es capaz de vivir en la más absoluta, aunque siempre digna, pobreza. Pero existe una tercera categoría, (y no uso este termino de manera despectiva, lo que quiero decir es que se trata de una categoría especial) se trata de escritores que tienen una vida laboralmente activa, que cuidan y preservan su actividad artística, hombre y mujeres que al margen de los reflectores hacen un esfuerzo importante por aportar a la vida cultural de nuestra sociedad.
                                 
José Emilio Pacheco autor mexicano nacido en 1939 y que desde muy temprano fue reconocido por su calidad, claridad y sobre todo por su talento, constituye un referente obligado para los estudiosos de la literatura, de la literatura mexicana y de la literatura mexicana contemporánea. Desde que conozco la obra literaria de este autor hay un aspecto que me ha llamado la atención y es precisamente que  maneja un perfil bajo, la escritora y conductora mexicana Cristina Pacheco, comentó en una entrevista que la razón por la que ella usualmente no habla del trabajo de su esposo es que a él le da pena, pues así como él mismo lo ha expresado, no considera posible que la figura del poeta sea más importante que la poesía misma.


Contra los recitales.
Si leo mis poemas en público
le quito su único sentido a la poesía
hacer que mis palabras sean tu voz,
por un instante al menos. 


La obra de Pacheco es una declaración constante de la evocación, que representa todo aquello que ha estado y que como es natural se ha ido. De lo que en determinado momento la poesía ha sido, de lo que es y de lo que terminara siendo, y al mismo tiempo de lo que en este universo representa el lector, de la insigne estampa de la que el poeta (este poeta) quiere escapar.

No deja lugar para la duda, pero tampoco para la sobre interpretación, comparte con quienes nos damos a la tarea de estudiarlo la posibilidad de leer al menos dos historias del mismo texto, es decir, que en una primera lectura encontramos una anécdota perfectamente construida, alusivas a la cotidianidad y la vida común, pero en una segunda lectura, encontramos referentes inequívocos de un periodo, una riqueza lingüística propia de un hombre de letras, así como de un hombre con la capacidad de confrontar la realidad y la fantasía, así pues, la lectura se convierte en una amalgama de gozo, entendimiento e identificación entre el autor, los personajes y el lector.   
Su riqueza literaria ha alcanzado todos los géneros literarios, que va más allá de “generaciones”, movimientos o temporalidad. Novelas, cuentos, poemas, guiones cinematográficos, ensayos, crónicas, críticas y demás, constituyen el acervo de José Emilio Pacheco, todos y cada uno con un carácter propio, que son portadores de la voz y la visión de su autor.

Hoy 30 de junio de 2011 celebro el setenta y dos aniversario de mi adorado José Emilio Pacheco, de mi mentor involuntario, de quien es sin quererlo e incluso sin saberlo es mi guía y mi más grande influencia.



[1] Irás y no volverás, José Emilio Pacheco. ERA 1985.  

lunes, 4 de julio de 2011

del gozo al esbozo.

Defino como gozo todo lo que genera una sensación de saciedad, de satisfacción, de plenitud, alegría, tranquilidad y hasta cansancio. Lo que me lleva a lo siguiente; en donde hay que gozar también hay que esbozar, así después de un largo rato de pensar en lo que debe ser y en lo que es, me creo en la obligación de hacer lo que quiero hacer, por lo que he resuelto dedicar este espacio a la crítica literaria, cinematográfica y televisiva.